domingo, 21 de octubre de 2012

NAYARIT

Cultura de Nayarit
Habitantes de las montañas desde hace más de dos mil años, los indios coras y huicholes han mantenido a lo largo de la historia de Nayarit su libertad creativa y sus especializadas habilidades artesanales. En México, las mujeres huicholes son conocidas como las mejores tejedoras del país, con impresionante habilidad artística y destreza manual, estar mujeres tejen prendas de vestir y accesorios a base de lana, para después decorarlos con bellos grabados en chaquira.


La religión huichol rige la vida de cada miembro y eso se refleja en cada aspecto de su vida diaria, como por ejemplo con el bordado del Ojo de Dios, el cual se ofrece en el templo con cada año de vida que cumple el hijo recién nacido hasta que cumple cinco años y entonces el Ojo se avienta al mar para dar gracias por haber sobrevivido a los primeros años de vida. De ahí en adelante, el niño ya puede llevar sus ofrendas al dios sol, luna o estrella de la mañana por él mismo.

Para los huicholes, la planta alucinógena del peyote es la representación del dios de la inteligencia. Las Plumas de las aves, como la pluma del gavilán o del águila, son el medio para comunicarse con los dioses. La flecha ceremonial, cubierta totalmente de hilo es el instrumento más importante del chamán o hechicero de la tribu, pues por medio de ella puede ver el futuro, descubrir lo oculto y destruir hechizos.

Proveniente de la redonda isla del Mexcaltitán, el pescado sarandeado es el platillo más representativo de Nayarit. Y es que la cocina nayarita, con su larga costa, se distingue por la adaptación de elementos marinos a los típicos platillos mexicanos, como por ejemplo: las enchiladas, las chimichangas y los sopes de ostión y los tamales de camarón. La alta cocina precolombina aún encuentra lugar en los comensales nayaritas, y es que no es fácil encontrar quién pueda preparar el delicado pero exquisito “tlaxtihuille” o caldillo de atole de maíz y polvo de camarón. Otros platillos típicos son el pollo al estilo Ixtlán del Río, el pipian de pepitas de calabaza, los frijoles puercos, las tostadas de chanfaina o vísceras de puerco, ceviche de pescado o de camarón, camarones rancheros y pescado tatemado, entre muchos otros. Además de los postres que reflejan la abundante variedad de dulces frutas como las cocadas, el plátano pancle, los coyules, la caña de azúcar asada, el pan de plátano, las aqualamas, los jocuixtles, y el arrayán cubierto de azúcar secada al sol. Por último, las bebidas tradicionales no pueden faltar en ninguna mesa ni celebración nayarita, como el tejuino, bebida de maíz fermentado; el licor o el agua fresca de nanche, según la ocasión; agua de cebada, fresca bebida del cereal del mismo nombre, y el tepache de piña.

COMIDA TÍPICA DE NAYARIT
Nayarit posee privilegiada situación geográfica. Su ubicación en el trópico de cáncer le concede un clima excelente con lluvias abundantes en el verano y suelos muy fértiles que producen gran variedad de flores de gran belleza y frutos de sabor incomparables. Nayarit es productor de coco, maíz, trigo y fríjol y el primero en el país en la producción de tabaco; plátano (se encuentran 14 variedades de este producto); mango (los famosos petacones se producen es esta región); y caña de azúcar.Uno de los ejemplos que citamos para explicar la bondad de sus tierras, son las increíbles mazorcas de 70 centímetros de largo que se producen en Jala, localidad cercana a la capital del estado.
Por otra parte, en sus mares se pescan tiburón, cazón, róbalo, pargo, camarón y ostión.Ello configura su gastronomía, en la que los ostiones y camarones tienen un papel destacado. Se elaboran exquisitos sopes y enchiladas de ostión, tamales de camarón, pescado sarandeado, que es una de las deliciosas especialidades de la región, así como el Tlaxtihuilli o caldillo de camarón y la famosa lisa tatemada en leña de mangle.
Platillos más representantes en el estado:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pescado Sarandeado: Es el platillo más típico del estado y su origen proviene de la Isla de Mexcaltitán. Este manjar náhuatl se prepara con preferencia con el pescado “pargo” por sus propias características de tener poca grasa en su piel, que es lo que hace que no se reseque la carne al exponerla al calor.El pescado se ahuma, con leña de mangle sobre el tendido de varillas de palma, se prepara previamente con una salsa de limón, salsa de soya; chile. Se sirve en platones adornado con rodajas de cebolla, jitomate y pepino, acompañadas de tortillas recién hechas, tostadas y una salsa especial (de la casa) ¡único!
Pollo al estilo Ixtlán del Río: El pollo después de cocido se fríe en manteca.Se sirve con papas cocidas y fritas en el mismo aceite, calabacitas a la vinagreta y lechuga picada; todo esto es bañado con una salsa de jitomate con bastante orégano molido.
Pipian de pepitas de calabaza: Este riquísimo guiso se prepara con pepita de calabaza, cacahuate, granos tostados y molidos con el caldo de la carne con que se sirve. La salsa a diferencia de otras entidades donde también se prepara, queda con un color café claro. Se sirve con tortillas y frijoles refritos.
Frijoles puercos: Para este platillo se utilizan los frijoles “azufrados”, que es una variedad que se cultiva en la región, exclusivamente para consumo local, por lo que es desconocido en otras entidades.Los frijoles ya cocidos se cocinan en manteca de cerdo, a la que previamente se le han frito chiles de árbol y chorizo. Posteriormente se les agrega queso añejo o de cotija y se sirven con totopos. En algunos lugares de la costa lo sirven con sardinas.
Tostadas de chanfaina: Las vísceras del cerdo son preparadas de manera muy especial, éstos se pican o rebanan para colocarse en la tostada.Se sirven con salsa huichol elaborada con los mejores chiles de la mesa del nayar.
 
 Sopa de ostión: Se guisa recaudo y se reagrega agua, laurel, orégano y cilantro.Ya para servirse se agregan los ostiones, uno a uno, a fin de no romperlos.Todo junto se deja hervir y se sirve de inmediato.
 
Tlaxtihuille: Platillo de alta cocina de origen prehispánico, consiste en atole de maíz, polvo de camarón y chile.Su preparación es muy delicada, realmente es digno de felicitación quien sabe cocinarlo.
 Sopes de ostión: Famosos los que se preparan en los típicos restaurantes situados en la Plaza Principal de San Blas.Estos se preparan igual que las enchiladas pero la diferencia radica en la forma de las tortillas que son chicas y pelliscadas por los lados.
 Cucarachas de camarón:En una sartén se derrite un poco de mantequilla o aceite, se agregan los camarones ya sin bigotes, los cuales se bañan en salsa huichol al gusto y se menean hasta que los camarones quedan bien fritos.
 Tamales de camarón: Existen dos variedades de camarón fresco y seco, los primeros se preparan siguiendo la manera tradicional: masa, manteca y royal, y los camarones frescos con todos y cabeza constituyen el relleno, los segundos se preparan agregando a la masa básica una mezcla de chilacate molido y camarón seco en polvo, ambos son una delicia.
 
Tortas de camarón con nopales: Se preparan tortitas con camarón seco, pan molido y huevo. Se incorporan a un caldillo de jitomate y chilacate en donde previamente se guisaron los nopales.Este platillo es muy típico en la época de la Semana Santa.
 Pescado tatemado: El pescado que normalmente se utiliza es la “lisa”. Esta se asa en una hoguera de leña de mangle, otra de las exquisiteces que podrá degustar si tiene la oportunidad de visitar San Blas.
 Camarones rancheros: Se pela el camarón y se parte por el lomo a todo lo largo, se ponen en una sartén con aceite y se le agrega tomate, cebolla y chile verde, se guisa hasta que el camarón y el tomate suelten el jugo
 Pate de camarón: El camarón es triturado y revuelto con especias hasta formar una pasta. Se baña con vino blanco y oporto y se deja reposar en un lugar frío. Se sirve con galletas saladas o pan negro.
 Chimichangas de ostión: Con el caldo o el jugo de la concha de ostión se prepara un masa, la cual se tortea y se le agregan los ostiones, jitomates, rajas de chile y cebolla, cerrándose la tortilla cruda en forma de tamal y se mete a freír el aceite, se saca y se escurre y a saborear la sabrosa chimichanga.
SU CULTURA

Todo grupo humano, en las distintas épocas y civilizaciones, ha plasmado su visión del mundo a través del arte en todas sus manifestaciones.

Cada artista interpreta la realidad a su manera y esta forma de expresarse no niega sino que afirma su pertenencia a una cultura.

México es el encuentro entre dos culturas, y es en el arte popular donde mejor se han sintetizado los rasgos del mestizaje. Es el arte popular el vínculo entre las diferentes etapas de la evolución histórica.

Cada persona que produce con sus manos ha sido influenciado por sus raíces históricas y por su propio imaginario. Es aquí donde mujeres y hombres ponen en juego la habilidad de sus manos y lo rico de su imaginación para conseguir obras relacionadas con su individualidad, con la comunidad a la que pertenecen y destinada a satisfacer las necesidades de la misma.

Las formas creativas y el uso del color se han conservado durante siglos en los textiles, las tallas, la cerámica, los juguetes y aún en la cocina. Sus artistas son las gentes humildes del pueblo y de los distintos grupos indígenas que han sabido preservar y alimentar día a día el amor de los antepasados al color, a la armonía y a las formas.

Actualmente encontramos productos de poca calidad, semi-industrializados y de bajos precios que obedecen a una fuerte demanda en el mercado nacional e internacional. Pero no debemos confundirnos, éstos no pertenecen al ámbito del arte popular, sino a lo que se da en llamar “curiosidades mexicanas” (mexican curious).

El arte popular mexicano es riquísimo. Cada región, cada pueblo, cada comunidad tiene una artesanía que le es propia, con un sello que lo individualiza y caracteriza. Es por ello que si uno recorre los diferentes pueblos, observa con cuidado las distintas técnicas y se admira de la creatividad de estos artistas populares, podrá sin duda distinguir de dónde es originaria cada una de las piezas que vea.

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